Una mañana gris, reflejada en un espejo casi paralizado, fundidos los dos parecen mecer con un ritmo imperceptible una barca de ensueño. Su rótulo de MIGUEL Y PEPI hacen pensar que pasearon en ella esta feliz pareja cuando el, para enamorarla aun más, arregló la barca de su padre y la sorprendió compartiendo nombre con su amada.
Me queda lejos esto de sentir como marinero pero muy cerca el leer la belleza de una foto que te esta esperando, pues ya estaba allí antes de que la cámara hiciera clip.
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